Para ti

Contamos con un pequeño espacio de reflexión espiritual para los padres.

Un Viaje a Holanda

Cuando yo esperaba con todo mi amor a mi hij@ era para mi como planear unas maravillosas vacaciones, compraba algunos libros que van dirigidos a las futuras madres; y al comprarlos era como comprar los libros de guía para el viajero. Mi sueño era viajar a París, la ciudad que siempre soñé conocer y que se dice es de donde llegan los bebés.

Al llegar a la capital francesa iniciaría un recorrido visitando el Arco del Triunfo, después los Campos Elíseos, los museos, la iglesia y así seguiría descubriendo los muchísimos lugares que existen en esa bellísima ciudad.

Durante nueve meses estuve preparando mi viaje, compraba ropita, disfrutaba de los movimientos cada vez más frecuentes en mi estomago, que me avisaban que pronto me iría de viaje… por fin, llega el tan esperado día, “El viaje que cambiaría mi vida para siempre.”

Cuando llegó el momento de partida tomé mis maletas que tenía ya hechas con tanta anticipación y que había revisado una y otra vez para que no le faltara nada, llegué al aeropuerto, subí al avión y después de varias horas, el vuelo aterrizo. Y la aeromoza dijo:- ¡Bienvenidos a Holanda!- ¿Cómo que a Holanda?- inmediatamente conteste:- ¡señorita yo voy a París!… siempre a sido mi sueño dorado.- La aeromoza responde: señora el avión ha sufrido un desperfecto y hasta aquí ha llegado… y es aquí en donde tiene que permanecer… al bajar del avíón y aceptar que nunca llegaría a su destino, me fuí dando cuenta que no me dejaron en un lugar conocido como París. Pero ahí tenía que permanecer y mi compromiso era darme a la tarea de conocer las cosas bellas de ese lugar. Por lo tanto tuve que comprar nuevas guías del viajero, aprender un idioma nuevo y conocer gente que nunca hubiera imaginado que existía y que al igual que yo, su avión aterrizo en otro lugar diferente al que ellas habían planeado.

Al poco tiempo de mi estancia en ese lugar me fuí dando cuenta que Holanda es solamente un lugar diferente, lleva un paso más lento y es menos llamativo que París. Pero después de permanecer ahí por unos días, di un hondo suspiro, miré a mi alrededor y empecé a notar las cosas hermosas que también tiene Holanda:- ” tulipanes de diferentes colores, pinturas de Rembrandt, molinos de viento”…

Muchas de mis amistades siguieron yendo y viniendo por París y comentando su hermosa y maravillosa estancia, por mi parte me pregunté y me sigo preguntando – ¿Por qué el avión en el que yo viajaba no pudo llegar a su destino? – Pero también me digo a mi misma, “Si el avión hubiera llegado a su destino, quizás yo no entendería que no solamente París es bello”; conocí y sigo conociendo a través de los Niñ@s con Necesidades Especiales, como mi hij@, diferentes países, diferentes idiomas, que me han transportado a un mundo que jamás pensé que existía; pero aunque me siga preguntando – ¿Por qué nunca llegue a París? – quiero decirles que he disfrutado y sigo disfrutando las cosas tan especiales y hermosas que tiene Holanda. – Porque creo que ahí me tocaba vivir, por eso, el destino cambio la ruta de mi avión y tuve que hacer. “El viaje que nunca hubiera imaginado, y que cambio mi vida para siempre”.

En los momentos dificiles, siempre existirá una luz que guie a los padres, y esa luz se llama esperanza, que junto con la fe nunca deben de morir. La fe mueve montañas y nosotros, los padres podemos mover muchas de ellas.

Nuestros niñ@s tiene unos padres amorosos que desean que sus hij@s alcancen todo su potencial. Lamentablemente, no tienen los medios para solventar su rehabilitación la cual no puede esperar, porque de ella depende su futuro.